Texto publicado como el artículo «La construcción y vinculación erótica» el 13 de noviembre de 2024 por el mismo autor en la página verificado.com.mx
El concepto de erotismo no ha sido trabajado a profundidad desde las ciencias sociales y las humanidades, por lo que se observa que con la información e investigación existente se pueden encontrar acepciones con matices diferentes, que pueden ser en esencia una parte de un gran esquema.
Uno de los referentes fundamentales en cuestión de la construcción de lo erótico es el antropólogo francés George Bataille, él menciona que “el sujeto, como ser fragmentario, busca a través de lo erótico la disolución para convertirse en el todo, lo cual alcanzaría solo en la muerte” (Oyhantcabal y Recalde, 2023, p. 73)
Por lo anterior, Bataille dice que el erotismo habilita “esa muerte que es vida al mismo tiempo” (Bataille, 1970, como se cita en Oyhantcabal y Recalde, 2023, p. 73). Se podría sintetizar lo anterior en la idea de un momento de expansión, de disolución, que sucede en la vida misma, que usualmente coincide con el cese del discurso interno y la visualización diáfana de la naturaleza de la mente.
De acuerdo con el filósofo surcoreano Byung-Chul Han (2014), la construcción erótica se presenta como el puente entre las partes que fusiona los cuerpos en un sentimiento de expansión que rompe con las individualidades, y que permite el contacto con las sensaciones del cuerpo y la conexión con las otras personas.
En este sentido, Judith Butler (2006) habla también sobre la vulnerabilidad del cuerpo como algo instintivo de nuestra condición de seres humanos, condición que nos vincula con otras personas y que, por esa misma razón, nos desintegra, nos expone a la pérdida y el duelo (Oyhantcabal y Recalde, 2023).
Por otra parte, Alberto Canseco (2017) introduce el término “eroticidades precarias”, él menciona que la eroticidad tiene su locus o ubicación en la expresión del cuerpo, y que éste es vulnerable y precario, por lo que es posible que sea dañado.
El erotismo se vincula particularmente al deseo sexual, ya que es la eroticidad lo que prepara el camino para que un cuerpo pueda ser reconocido como posible incitador de la pasión sexual. Por lo tanto, el placer sexual se presenta como una respuesta afectiva hacia el mundo.
En esta sintonía Canseco define que “el vínculo intrínseco entre la dimensión erótica del cuerpo y la experiencia de la pasión sexual estaría el erotismo” (Canseco, 2017, como se menciona en Oyhantcabal y Recalde, 2023, p. 74).
Lo erótico y la pasión sexual se manifiestan mediante el cuerpo, por lo que la construcción erótica se canaliza a través del dispositivo de la sexualidad.
Las personas tenemos cuerpos con una inherente capacidad de atracción, erótica y sexual, que debe de pasar a través de la traducción del canal de lo erótico para poder aterrizarse y definirse mediante un lenguaje de elementos y aspectos que pueden ser expresados, definidos y comunicados de manera general o precisa, lo cual se conoce como el código erótico propio, para así poder conectar y vincularnos con otras personas y vivir la experiencia del despliegue de la pasión dentro de la práctica sexual.
Por lo anterior, lo erótico es el conector y catalizador al mismo tiempo que activa la experiencia de la consumación del deseo sexual por medio de la práctica misma.
En sí, lo erótico y lo sexual no son términos equivalentes: lo erótico desborda lo sexual, lo sobrepasa, y la sexualidad canaliza lo erótico. Audre Lorde (1984), propone lo erótico como un “poder que se deriva de un compartir, de un gozo que se puede manifestar de diferentes maneras: físico, emocional, psicológico o intelectual” (Lorde, 1984, como se cita en Oyhantcabal y Recalde, 2023, p. 74).
La dimensión erótica intensifica, sensibiliza y fortalece toda la experiencia de una conexión que parte del yo y se dirige hacia el mundo y hacia otros seres, “porque lo erótico no solo atañe a lo que hacemos, sino también a la intensidad y a la plenitud que sentimos al actuar” (Esteban, 2020, p. 566).
Al difrutar lo erótico, las vivencias se convierten en una decisión consciente, siendo en esencia el principio rector de la sexualidad consciente al romper la discontinuidad entre las personas a través de la conexión sexoafectiva, erótica y espiritual.
Referencias
- Esteban, M. (2020). La antropología y el poder de lo erótico. AIBR, Revista de Antropología Iberoamericana, 15(3), 557-581.
- Oyhantcabal, L. y Recalde, L. (2023). El desborde de lo erótico. Prácticas BDSM y poliamorosas en Uruguay. Mora (Buenos Aires), 29(1), 6-6.